¿Cuánto tiempo de nuestra vida pasamos anhelando el futuro, o crecer, o tener una casa soñada, o tener una vida que no es la nuestra?
Pensar en el futuro sin duda alguna, nos genera ansiedad y estrés, sin embargo, cuando vivimos nuestro presente desde la consciencia, la gratitud y la felicidad, disfrutamos mucho más de cada cosa que llega a nuestra vida.
El universo nos pone en las situaciones que necesitamos vivir y nos permite tener aprendizajes de vida, necesarios para nuestro crecimiento espiritual. ¿Qué pasaría si en vez de lamentarnos por cada cambio o cada cosa que nos saca de nuestra zona de confort, disfrutáramos desde el día cero la oportunidad para crecer y ser mejores?
La felicidad no está en otras personas, o en otros lugares, o en otro trabajo, o en otras situaciones. La felicidad está en el café que te tomas en las mañanas, en los abrazos de las personas que amas, en los atardeceres, en las tardes lluviosas o en tu hogar. Deja de esperar a que llegue algo mejor. El presente es lo que tienes ahora. Disfruta y sé feliz.
Escrito por: Sara Manuela Castrillón Ossa
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